Yo soy el Ángel de las Velas
Yo soy el Ángel de las Velas
Al prender una vela con la intención de hacer una petición
al Reino Celestial, deberá moverte únicamente la pureza del amor
paternal, filial, fraternal, conyugal… y los sentimientos nobles por la
huma¬nidad. Así podrás pedir la paz, la salud… el alivio del dolor
ajeno.
Podrás pedir cualquier gracia con fines altruistas o para
enviar luz a los difuntos o sólo como muestra de gratitud, sumisión y
adoración a Nuestro Padre Celestial. También podrás venerar a los seres
de luz… La petición deberá acompañarse con una oración hecha con el
corazón.
Una luz encendida con este fuego de nobleza abre un
torbellino que establece un espacio interdimensional, una puerta
directa al cielo por donde nuestras respuestas a las inquietudes
humanas fluyen con más facilidad, como bendiciones, derramándose sobre
el que ora y sobre las personas por las que se pide. En tu altar se
hallarán ángeles ceremoniales procurando que practiques siempre este
acto de amor.
Las luces, colores y esencias que genera este ritual
producen formas que vibran alrededor de tu altar, substanciándose como
seres alados de bellísimo fulgor… listos para trasladar a tu mundo lo
mismo que pides por los demás. El color que uses en las velas podrá
corresponder a la vibración de la petición o a la virtud más destacada
del Ser a quien se envía la luz de amor: dorado de adoración a Dios,
blanco de Nuestra Madre Divina, rosa de amor y perdón, verde de salud
celestial y azul y violeta de la espiritualidad. Los difuntos piden
rosa de amor. El blanco de la pureza puede sustituir a éstas y todas
las demás. El uso frecuente del negro no es beneficioso, no eleva y
aleja a los seres de luz. Busca mi presencia para iniciar tus rituales.
Ahora, visualízame contigo… tú en mis brazos, y juntos
prenderemos una vela para adorar a Dios y armonizar tu hogar. Te amo
con toda mi naturaleza angelical.
Autor: Lucy Aspra
Comentarios